Como un tratado sobre contrastes, Ghost representa la inmaterialidad y la materialidad, la invisibilidad y la presencia. La colección que firma Arik Levy es una reinterpretación contemporánea de las grandes lámparas que antaño adornaban entradas y salones. Ghost se ofrece en dos formatos y, como su nombre indica, se caracteriza por una presencia etérea, que alcanza su máxima expresión cuando está iluminada.

La lámpara de sobremesa presenta dos formas bulbosas superpuestas con un aro negro que rodea la parte central y acentúa la sensualidad de sus curvas, además de actuar como regulador manual.



En un elegante y delicado gran formato suspendido a través de cables prácticamente invisibles, Ghost parece flotar, captando todas las miradas en cualquier espacio.
Es una colección «todoterreno»; puede estar en cualquier lugar, como un fantasma. Tanto en salas de estar como en entornos hospitality, Ghost proporciona una luz cálida y acogedora, ya sea suspendida o descansando en el suelo.


Inspirándose en la idea de proporcionar la luz desprovista del objeto, Levy describe su creación como «un objeto invisible lleno de luz». Ghost «está y no está; aparece y desaparece», dando forma a la sutileza que recoge su nombre.

La superficie lisa de vidrio opalino triplex soplado realza el efecto fantasmal a través de «una iluminación pura y cálida que parece surgir de la nada», puntualiza su diseñador.


La lámpara de sobremesa expresa a la perfección el concepto de luz como materia que transita de un espacio a otro. Con un aro central que, cual membrana, parece transferir la luz de un difusor al otro.
