5 soluciones a 5 problemas habituales del cableado

Durante el desarrollo de un proyecto de iluminación podemos encontrarnos fácilmente con problemas relacionados con la instalación eléctrica -tendido, conexiones,…- que, en muchas ocasiones, pueden frenar nuestra creatividad, impidiéndonos colocar los puntos luminosos en el lugar en que nos gustaría hacerlo.

Frecuentemente, donde más problemas de cableado encontramos es en :

– Edificios catalogados o protegidos
– Espacios rehabilitados
– Estructuras que no disponen de suficiente espacio para empotrar las instalaciones
– Techos de hormigón, ladrillo o madera.

En estos casos, puede ser complicado -e imposible, en muchas ocasiones- ocultar los cables en las cavidades del muro o techos bajos, lo que nos obliga a encontrar alternativas y soluciones innovadoras.

El papel del diseñador de iluminación

Trabajar con un diseñador de iluminación, que supervise el proyecto y pueda garantizar una correcta ejecución, es una de las mejores formas de abordar este tipo de instalaciones y evitar los problemas de cableado. Pero, si su participación no es posible, dispones de una amplia gama de soluciones.

PROBLEMA n°1: los edificios catalogados

Los edificios catalogados o protegidos ofrecen pocas posibilidades para el tendido de cables en paredes y techos. Al no exigir fijación alguna, la solución clásica suele consistir en el uso de lámparas de pie o de sobremesa. Una lámpara de pie en forma de arco puede aportar luz cenital, reproduciendo el efecto de una lámpara de techo central. En esos casos, utilizamos los enchufes existentes o añadimos algunos en determinados puntos, disimulándolos detrás de zócalos, cornisas y marcos de puertas, o bien integrándolos en el mobiliario.

 

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PROBLEMA n°2: los espacios rehabilitados

En los espacios rehabilitados, el cableado también puede convertirse en un verdadero desafío. En algunos casos, si en el techo ya hay puntos de luz, pero no están situados en el lugar idóneo, podemos tirar un cable desde ese punto, llevándolo al lugar deseado. Podemos hacer lo mismo con la instalación existente en las paredes, pero resulta más aconsejable disimular los cables bajo las cornisas o en los muebles, en lugar de dejarlos colgando en la pared, algo que desentonaría con el aspecto general del espacio. En aquellos desprovistos de cableado en paredes y techo, las más indicadas son las lámparas de pie o de sobremesa.

 

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PROBLEMA nº 3: los falsos techos poco profundos

En algunos casos, los falsos techos poco profundos que no disponen de suficiente espacio para encastar las luminarias, permiten -sin embargo- el paso de cables simples. En estos casos, puedes instalar luminarias montadas en superficie, que aportarán una iluminación directa hacia abajo, u optar por lámparas de pared, si se dispone de cableado. Las lámparas de pie y de sobremesa pueden llegar a completar la instalación luminosa o actuar como iluminación principal, cuando el cableado resulta imposible.

 

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PROBLEMA nº 4: los techos a la vista

Por lo general, los techos a la vista no permiten encastar o disimular los cables, y las extensiones de cable eléctrico en el techo van en contra del espíritu de este tipo de espacios, requiriendo dispositivos de iluminación ambiental. Por eso, las lámparas de pie, los apliques murales y las lámparas de sobremesa suelen convertirse en la mejor solución.

 

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PROBLEMA nº 5: el cableado como objeto de creación

Otra solución consiste en aprovechar las posibilidades que nos ofrecen las limitaciones. Es decir, poner en escena los cables eléctricos que no podemos disimular, tratándolos como una parte más de la decoración. Por lo general, esta solución funciona mejor en ambientes de estética high-tech o industrial que en decoraciones tradicionales. Por eso, es necesario prestar especial atención a la escala, la medida y el aspecto de estas instalaciones eléctricas, tal como hacemos con el resto de elementos decorativos. Para crear una configuración estética y ordenada, resulta imprescindible pensar en la distancia entre las conexiones, su ubicación, longitud y diámetro. Los cables eléctricos pueden insertarse en una canal visible, con un bonito acabado en cobre o aluminio, por citar alguno, o en soportes para cables, de aluminio. En espacios de techos altos, tanto el techo como las instalaciones técnicas (el sistema de climatización sería un ejemplo), pueden pintarse del mismo color, logrando así que la instalación eléctrica se funda en el conjunto y se integre en el estilo de cada interiorismo.

 

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Para dar la sensación de orden, no es imprescindible que los cables dibujen líneas rectas. Una tendencia actual consiste en destacar las líneas curvas y las configuraciones más caprichosas, revistiendo los cables de los materiales más diversos y coloridos, a gusto del cliente. Generalmente, estas configuraciones parten de un punto determinado para ir extendiéndose por el espacio en diferentes direcciones, como una tela de araña o una configuración en cadena.